Correspondencia, III: 1925-1944

Reyes, Alfonso y Pedro Henríquez Ureña

ISBN: 9786071671745 | Clave FCE: 010054LC

Esta correspondencia es una muestra de la amistad entre dos de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana. Su carácter jovial, desenfado, y algunas veces indiscreto, es propio de una escritura que surge de la confianza y respeto. Este tercer tomo abarca el último periodo de correspondencia entre Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña (1925-1944), revelando así una nueva etapa de estos dos amigos, quienes se ven envueltos de la vida diplomática y académica. Este tomo a cargo de Adolfo Castañón nos presenta además un anexo con una serie de artículos acerca de ambos autores, una cronología y los árboles genealógicos de ambos autores.

Presentación: ELECTRONICO
Peso 0.01 kg
Idioma ESPAÑOL
Idioma original ESPAÑOL
Editorial FONDO DE CULTURA ECONÓMICA (FCE)
Año de edición 2021
Colección BIBLIOTECA AMERICANA
Área temática LITERATURA

Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, ed. e introd. de Adolfo Castañón

Correspondencia, III: 1925-1944 México : FCE, COLMEX, 2021
824 pp. ; 21 x 14 cm, Colección BIBLIOTECA AMERICANA
3. Escritores - México - Correspondencia - Siglo XX 4. Literatura mexicana - Siglo XX

  • Alfonso Reyes, Pedro Henríquez Ureña, ed. e introd. de Adolfo Castañón

    Decir que Alfonso Reyes (1889-1959) ha sido el hombre de letras más prolífico, diverso y constante de la historia de México es además de un lugar común, un reconocimiento necesario. Polígrafo infatigable, cuya vida se logró entre la biblioteca y la embajada - Francia, España, Argentina, Brasil-Reyes dejó tras de sí una obra monumental cuya reunión ha sido en sí misma la obra de otros. Alfonso Reyes fue en muchos sentidos un hombre impulsado por la tragedia. Hijo de uno de los hombres fundamentales en la historia revolucionaria de México, el joven Reyes dejó el país, reacio a convertirse en secretario de Victoriano Huerta. Dejando ¨horrores a la espalda¨se marcha a la legación francesa en momentos en que la vida nacional era vista en Europa con una mezcla de repugnancia y desencanto. Sacudido por los acontecimientos entre facciones revolucionarias mexicanas, Reyes vive solo y mal en París. Sus únicos amigos son Diego Rivera, Amado Nervo y Angel Zarraga. La vida parisina no es lo que había soñado y entre saltos y casualidades va a dar a España, donde participa del Ateneo de Madrid y traba relación con Jose Ortega y Gasset, entre otros importantes escritores y pensadores que ayudarían a formar su concepción de las cosas. Octavio Paz dice algo contundente: sin Reyes nuestra literatura sería media literatura. Jorge Luis Borges, quien mucho debe al mexicano, escribió que si algunos recibieron el don en segmentos o arcos, Reyes obtuvo la circunferencia completa. Escribe Paz: ¨La poesía del humanista Alfonso Reyes es pudorosa y medida, pero estas cualidades no nacen, como en otros poetas, de la represión, de una sensibilidad extremosa, sino que fluyen naturalmente de un temperamento equilibrado… ni llama ni hielo : brasa, tibia atmósfera, melancolía sin amargura… con un ojo mira al cielo y con el otro le hace guiños a la tierra…¨. Como ensayista, rasgo esencial en su trabajo, Reyes hace un ejercicio crítico de construcción que e, a su vez, una labor imaginativa. Elegante irónico, Reyes es un hombre universal que a los mexicanos nos libró de la estéril absorción en nuestra propia cultura.